Autores
Promotor: Particular
Arquitecto: Energiehaus Arquitectos SLP
Diseñador Passivhaus: Energiehaus Arquitectos SLP
Otros colaboradores: Constructora: Papik Fusters SL, Certificador Passivhaus: Eboek, Arquitecto técnico: María Molins, Progetic, Fotografía: Pol Viladoms
Soluciones
Sistema constructivo: Estructura de madera. Aislamiento SATE por el exterior y Celulosa por el interior, con forjados de envigados de madera
Sistema instalaciones: Sistema de ventilación controlada de doble flujo con recuperación de alta eficiencia. Climatización y producción de ACS mediante una bomba de calor
Zona climática: Cálido templado
Resultados
Tipo de certificación:
Datos PHPP:
- Demanda y carga de calefacción: 13 kWh/m2a, Carga 18 W/m2
- Demanda y carga de refrigeración: 16 kWh/m2a, Carga 11 W/m2
- Hermeticidad al aire: 0,4 h-1
- Demanda energía primaria: 89 kWh/m2a
Tipo de uso: Vivienda unifamiliar
Tipo de proyecto: Obra nueva
Fecha de proyecto: 2017
El proyecto de una vivienda unifamiliar de dos plantas en L’arboç se diseña como edificio de consumo casi nulo, tomando como referencia los criterios de diseño y construcción del estándar Passivhaus. La vivienda se caracteriza por su eficiencia energética gracias a su envolvente aislada según los requisitos Passivhaus, permitiendo un bajo consumo y un gran confort en el espacio interior.
El edificio envuelve un patio exterior y está orientado para aprovechar el máximo el recorrido solar. El solar es angosto y largo por lo que se divide en 2 volúmenes para obtener dos fachadas al sur y así obtener mayores ganancias solares. De allí se organiza el programa funcional de la vivienda unifamiliar; Se proyectan dos plantas. En planta baja la zona de día y en la planta superior la zona de noche. En planta baja dispone de un comedor-estar, cocina, baño, espacio polivalente, sala de juego y las instalaciones. En la planta alta dispone de 3 dormitorios, 2 baños y lavadero. La distribución del programa se vuelca hacía el patio, el que además sirve para dar iluminación y ventilación cruzada a los espacios. Hacia el norte se proyecta un porche para protegerse del sol en verano. Las fachadas con orientación Norte se plantean casi completamente opacas para minimizar las pérdidas energéticas.
Se busca una combinación de materiales de bajo impacto ambiental, que facilitan la difusión del vapor de agua y que aseguran la estanqueidad al aire y al viento. Se utiliza la madera como material estructural y SATE de aislamiento exterior, el cual minimiza las pérdidas energéticas, protegiendo de los efectos del viento y evitando problemas de disconfort, moho o condensaciones durante todo el año.